Media luna.

Los besos son largos, pero las despedidas se vuelven cortas.

26 besos.

No quiero que seas uno más. Quiero que algún día descubras las palabras que trazan mis dedos en tu piel, aunque de momento, son secretas. Quiero dormir contigo. Quiero que juntos lo cambiemos todo. Quiero ver mas atardeceres contigo, en el lugar que sea. Quiero seguir soñando contigo todas las noches. Quiero un sms. Quiero un pato. Podría seguir, pero la lista sería interminable.

PD: Quiero, al menos, veintiséis besos más.

Mi cabeza va mal hoy

No quiero nada. Me quiero a mi.

La vida empieza, la vida se acaba.
La vida soy yo, más, sin ti, no soy nada.
Hoy empiezo yo, y, le pongo banda sonora.
La de mi vida. Mi banda sonora.
No se qué es de mi hoy. Estoy tonta.
Digo tonterías. Escribo mal.
Que mas da. Adiós. Hola.
Buenas noches a todo el que lo lea.

Ya se echaban en falta.

Después de más de un año, volví a sentir aquella sensación. Es genial pasear tú solo de noche, con la brisa jugando con tu pelo, y, el perfume de verano en el aire. Ponerte a pensar, y darle vueltas y más vueltas a eso que te come la cabeza. Y sonreírte a ti mismo cada vez que piensas en ello. Sentir que pasan las horas, y que estés entretenido. No cansarte de andar. Así, acabas pasando la madrugada, acompañado de tus pensamientos,  de esa sensación que te inunda en las noches de verano, y, como no, de su peculiar perfume. Es un placer pasarme una madrugada pensando en ti.

L.S.

Vamos al frío.

Te abracé, y no te lo esperabas. Mis brazos rodearon tu cuello, los tuyos, rodearon mi cintura. Notaba tu corazón latiendo en mi pecho. Iba rápido. ¿Estabas asustado, o emocionado? Que más daba. Mi corazón siguió el compás del tuyo, y ambos corazones, se fundieron en una sonata de latidos que ofrecían una bellísima banda sonora a nuestro momento. Y así fue como, por un segundo, quería que aquello no acabase nunca.

L.S.

J.S: Incluso en estos tiempos.

"Incluso en estos tiempos
de volver a reír con los amigos,
todos los días tienen ese rato
en el que respirar es un ingrato
deber para conmigo.

Y se iría el dolor mucho más lejos
si no estuvieras dentro de mi alma,
si no te parecieras al fantasma
que vive en los espejos.

Incluso en estos tiempos
triviales como un baile de disfraces,
todos los días tienen unas horas
para gritar al filo de la aurora,
la falta que me haces.

Incluso en estos tiempos
de aprender a vivir sin esperarte,
todos los días tengo recaídas
y aunque quiera olvidar no se me olvida
que no puedo olvidarte."

Volver a empezar.

La vida resbala por mis pestañas

como las gotas de lluvia lo hacen por los cristales.

Los suspiros que colman el vaso de mi existencia echan a volar,

fugaces, como mariposas tras posarse en una flor. 

La vida que desprenden sus labios es exhalada por los míos.

La viveza de mi pensar está escondida en un armario, olvidada.

Sueño más de día que de madrugada.

La noche aturde mis sentidos, 

por eso aún no he visto la luna,

lo siento, no podré verla contigo.

Arrojé mis recuerdos al mar

 y la marea se los llevó consigo.

¿Para qué? Para olvidar que te he tenido.

Huyo de mí para no perderme en ti,

pero me diste la mano, y yo te llevé conmigo.

Nos recorrimos el mundo juntos, 

a nuestra manera, pero lo hicimos.

Memoria.

Me acaba de llegar la fugaz imagen de un día de lluvia, en el que, tú y yo, caminábamos por la calle con un paraguas negro. Con paraguas o sin él, estábamos empapados. Volvíamos de mi casa. Entraste a la tuya, y yo, me fui con mi paraguas, cantando algo inventado.

No sé que significa esto.

L.S.

Adiós.

A lo primero escribía, para desahogarme. Después, seguía el  mismo propósito, pero , también me ilusionaba que la gente que de verdad importa, me conociera un poco más, y supiera lo que me inquietaba. Ahora tú "te has ido", y sólo porque me he ido yo. Adiós a todo, ha sido un placer compartir mis sueños y preocupaciones con quién sea. No es tu culpa, pero olvídame. Así será mejor.


L.S.

Desalentador.

Ni una sola muestra de cariño en más de cuatro años. Y llega, así sin más, claro que, después de los golpes , los gritos y la sangre.

"Sí, ahora..."


L.S

¨

- ¡Te quiero!
- ¿Cómo?
- Eh, nada, que si cenamos en esa pizzería.
- Vale.

Estuve desconectada.

Qué mejor manera de desconectar que alejándote trescientos kilómetros de todo lo tuyo, y divorciarte del mundo. Quería compañía, pero eso significaría, llevarme una parte de todo lo mío a desconectar, por lo que, no serviría de nada. Ha sido un mes de muy buenas experiencias, tanto en solitario , como en compañía de mis queridos amigos de dos veces al año.

Sin duda, me quedo con nuestra imagen a lo alto de Santa Lucía, observando minuciosamente  Ibi, que quedaba debajo de nuestros pies.

Muy breve, I know, ya contaré más.

L.S