"Hola. Una breve ráfaga de locura, me incitó a hacer esto. Unos pocos segundos, hicieron que me decidiera, empezando a escribir . Irremediablemente, se me ha ido la cabeza. No se que estarás pensando, es probable que no sepas de que va todo esto. Te entiendo: no es muy normal llegar a tu casa a altas horas de la madrugada, y encontrarte un sobre con esta carta pegado en tu armario. Te estarás preguntando qué como lo he hecho... Bueno, digamos, que siempre que paso por tu casa, fijo mi vista en tu ventana. Después de tantas, y tantas veces, me la aprendí de memoria...
Ahora, estarás buscando un por qué. También puedo responderte a eso: estaba aturdida, pensando en todo y en nada a la vez. Como ya indiqué, una ráfaga de locura se apoderó de mi, y fue lo que necesitaba para dar el paso. Me apetecía esconderme de todo, pero sin dejar de tenerte cerca. Por ello, ahora mismo estoy durmiendo... es posible que a escasos centímetros de ti. Alomejor me encuentras. Alomejor no.
No es necesario que lo hagas. Aunque, si lo haces, y no te apetece mi presencia, puedes decirme que me vaya. Lo haré.
Si por el contrario, te apetezco, puedes no despertarme, y dejar que me quede. Mañana ya se verá como ha salido mi descabellado plan.
Sé que estoy loca, pero es culpa tuya.
Por cierto, ten cuidado; debajo de tu cama hay un monstruo que te quiere comer... Mañana por la mañana tendrá un hambre feroz, y sin duda, le encantaría empezar el desayuno contigo... "
L.S
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