sábado, 21 de mayo de 2011

Cambiando realidades.

Una bella sonrisa cruzaba mis labios. Le bajé un poco el cuello de la camisa , y observé su delicado cuello. En él se marcaban dos pequeñas cicatrices. A vista de cualquier chica normal, aquello no sería nada de agrado,pero teniendo en cuenta que eran mis ojos los que observaban, y que yo no soy nada normal, aquellas marcas me encantaron. Me dieron ganas de besarle el cuello, pero no tendría ningún sentido hacerlo, por lo que me limité a clavar mi vista en ellas y a decirle: "Son preciosas".
Me dijo algo sobre que se lo provocó un arácnido, y ninguno de los dos añadió nada más.
Era un cuello precioso, y olía genial. 

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