miércoles, 5 de octubre de 2011

Bienvenue


Y vuelvo como si nada. Me siento culpable aún cuando mando yo, y no le incumbe a nadie más. Llámame rara. Pensaba que no necesitaría más ningún estúpido blog perdido por internet, sin lectores, para desahogarme, pero, visto lo visto, aquí estoy. No sé a que achacarlo, puedo echarle la culpa a mis noches de continuas reflexiones, en las que me planteo si vale la pena seguir como siempre. También puedo echársela al peso de los kilómetros. Malditos klómetros. Apenas se aprecian... No se ven. Pero se sienten más que nada. Pesan. En tu cabeza , y también en tu corazón. Siempre preferí los milímetros, junto a los roces, los suspiros cargados de emociones, la piel que separa nuestros seres, las mantas en invierno, los milímetros, como y dije. Nada de distancias, no las
mantengo nunca. Pero por culpa
de las circunstancias, aquí estoy,
separada, a cuatro horas de la felicidad.

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